"Solamante quien entrena es capaz de transformarse"

Puse a prueba mi mentalidad disruptiva
La mentalidad disruptiva es un enfoque innovador y no convencional que adopto para enfrentar retos y superar mis propias limitaciones. En esta ocasión, el desafío fue correr tres maratones de 42K en tres ciudades de diferentes continentes, todo en un lapso de tan solo diez semanas. Este tipo de mentalidad me ha enseñado que no estoy atado a creencias preestablecidas y que, con esfuerzo y determinación, puedo transformar mi realidad.
Como corredor, me he enfrentado a obstáculos físicos y mentales que en algún momento parecieron insuperables. Sin embargo, al adoptar una perspectiva disruptiva, logré romper con los patrones de pensamiento restrictivos que me frenaban. Esto me permitió alcanzar lo que llamo una hazaña y aprender enormemente de la valiosa experiencia que representó tanto para mí como para quienes me rodean.
La creencia en mis propias capacidades influye drásticamente en mi rendimiento. Por ejemplo, cuando me visualizo como un atleta fuerte y resistente, estoy en una mejor posición para perseverar a través del dolor y la fatiga, en comparación con cuando me conformo con la idea de que no puedo lograrlo. Este simple cambio en mi autopercepción ha marcado, sin duda, la diferencia entre el éxito y el fracaso.
He encontrado inspiración en personas como el Dr. Joe Dispenza, cuya filosofía sobre el poder de la mente ha demostrado cómo una mentalidad disruptiva puede transformar vidas. Al igual que él, decidí adoptar un enfoque que rechaza las limitaciones y se enfoca en el potencial ilimitado de mi cuerpo y mente. Por ejemplo, a pesar de enfrentar condiciones adversas, como lesiones o momentos de agotamiento físico—lo que muchos maratonistas llaman ‘el muro’—utilicé esta mentalidad para superar esos desafíos, a pesar del miedo y el dolor. Cambié la estrategia y logré alcanzar esta meta, que en otro momento de mi vida me hubiera parecido inalcanzable.
Siguiendo los principios del Dr. Dispenza, entendí que la forma en que pienso acerca de mi potencial no solo cambia mis percepciones, sino también los resultados que obtengo en mi vida y en mis carreras. Esto me ha permitido no solo creer más en mí mismo, sino también inspirar a otros a hacer lo mismo.
La decisión de correr tres maratones: Ser congruente con lo que predico en mis conferencias
Más allá del esfuerzo físico, este reto se convirtió en una prueba de enfoque, disciplina y adaptación. No se trataba solo de resistir el impacto de cada carrera, sino de gestionar inteligentemente la recuperación y la preparación para la siguiente. Cada jornada de entrenamiento, cada ajuste en mi alimentación y cada estrategia aplicada en el recorrido fueron piezas clave en este rompecabezas.
La logística también representó un desafío significativo. Coordinar viajes, adaptar mis rutinas personales, familiares y profesionales, !fue una decisión que me sacó en un instante de mi zona de confort ! empece entonces a dejar de ver estos factores como barreras y los asumí como elementos de aprendizaje de todo el proceso. En el camino, descubrí que la verdadera fortaleza no solo radica en la resistencia física, sino en la capacidad de mantener la determinación a pesar del cansancio y la incertidumbre día tras día, semana tras semana.
Cada línea de meta cruzada reforzó mi convicción de que los límites son maleables. Aprendí que la clave no está en evitar el dolor o la fatiga, sino en aceptarlos como compañeros de viaje y utilizarlos como impulso y con ello potenciar mis creencias sobre el poder de la mentalidad disruptiva demostrando con hechos y no solo palabras, que desafiar lo establecido es el primer paso para alcanzar lo extraordinario

Superando los obstáculos físicos y mentales
El proceso de preparación para completar tres maratones en 10 semanas no solo demandó disciplina y esfuerzo, sino también un enfoque estratégico para gestionar el desgaste físico y mental. Cada maratón presentaba nuevos retos, y la clave para superarlos fue la capacidad de adaptación.
Uno de los mayores aprendizajes fue entender que la recuperación es tan importante como el entrenamiento. Tras experimentar calambres severos en el primer maratón, el de la Ciudad de México, ajusté mi enfoque incorporando, masajes terapéuticos y retomando mis clases de Yoga. Desde luego optimicé mi nutrición con una suplementación rica en Magnesio, Potasio, Omega 3 y proteína vegana, todo para aumentar mi resistencia y minimizar el riesgo de recaídas.
El método de entrenamiento evolucionó junto con mi cuerpo ya que en lugar de enfocarme solo en volumen, adopté una estrategia que combinaba sesiones de alta intensidad con descanso activo, ciclismo y entrenamiento funcional y como dije mis benditas clases de yoga, todo este entrenamiento holístico me permitió mejorar el rendimiento sin sobrecargarme, es durante las 4 semanas que precedieron al maratón de Estambul, descansé mas horas de las que estuve activo ejercitando y sudando el cuerpo. Esta adaptación no solo optimizó mi condición física, sino que también fortaleció mi confianza al ver cómo cada ajuste me acercaba a la meta.
A nivel mental y emocional, la visualización positiva jugó un papel clave. Tener una imagen clara de la meta en Estambul como se muestra en la fotografía inicial se convirtió en un recurso poderoso para mantenerme enfocado, especialmente en los momentos de mayor fatiga o dolor , fue necesario reforzar mi mentalidad con afirmaciones positivas una y otra vez, creo que esa es parte de lo que llamamos resiliencia .
En última instancia, este desafío no solo me enseñó a superar los límites físicos, sino a rediseñar mi enfoque ante la adversidad. Aprendí que la clave no es evitar los obstáculos, sino aprender de ellos y con paciencia y disciplina forjar una mentalidad inquebrantable

De la disrupción a la transformación final
Correr tres maratones en 10 semanas fue mucho más que un desafío físico; fue un viaje transformador que puso a prueba mi mente, mi cuerpo y mi espíritu. Entre vuelos intercontinentales, diferencias horarias y el impacto del jetlag, cada kilómetro recorrido —en el aire y sobre el asfalto— todo se convirtió en una oportunidad de aprendizaje. Al final, sumando los trayectos hacia Argentina, Estambul y de regreso a la Ciudad de México, acumulé más kilómetros que la circunferencia de la Tierra, una metáfora perfecta de la magnitud de este reto.
La primera gran lección fue la importancia de tener un propósito claro. Cada carrera no era solo un evento aislado, sino un paso hacia un objetivo mayor. Recordar eso me permitió mantener la motivación incluso en los momentos más duros, cuando el cansancio, las lesiones o la incertidumbre amenazaban con desviarme del camino.
También aprendí que la rigidez es enemiga del progreso. Enfrentar condiciones climáticas adversas, fatiga acumulada y los efectos del desfase horario me obligó a replantear mi enfoque. No se trataba solo de seguir un plan, sino de escuchar mi cuerpo y hacer ajustes estratégicos en el momento adecuado. Adaptabilidad y disciplina tuvieron que ir de la mano para seguir avanzando sin comprometer mi rendimiento.
Pero quizás la lección más valiosa fue entender la conexión entre la mentalidad disruptiva y el bienestar integral ya que no se trataba solo de correr tres maratones, sino de transformar mi manera de enfrentar los desafíos, tanto en el deporte como en la vida. Convertir los obstáculos en oportunidades y replantear mis propios límites me llevó a descubrir nuevas fortalezas, y compartir esta experiencia con otros fue igual de gratificante que cruzar cada línea de meta.
Tengo 55 años y hoy creo, con todo mi ser, que no hay límites cuando la determinación es más fuerte que el miedo. Más allá del tiempo registrado o las medalla obtenidas, lo más valioso fue comprobar que cada reto que asumimos tiene el potencial de inspirar a otros. Lo que realmente nos impulsa no es solo cruzar la linea la meta, sino el impacto que dejamos en quienes nos acompañan a lo largo del camino

Muchas felicidades Kike Aguila por romper tus propios límite y por la congruencia a que haces referencia. Me encantó todo lo que has descrito en este post!
Hola Mariluz, viniendo de una colega me siento muy alagado! mil gracias y bendiciones!
Que 2025 sea un año extraordinario para ti también!
Kike